Por definición, una sociedad anarquista no puede asentarse sobre la violencia. Ahora bien, para llegar a tal sociedad, existe un requisito previo (abolir el poder) y una gran pregunta: ¿cómo se hará la abolición del poder? ¿Con o sin violencia? ¿Con violencia?
Pero, entonces en este caso, después de la destrucción del poder, el uso de la violencia, sigificará hacer imposible la edificación de una sociedad sin relaciones de dpminación? Esta es una de las preguntas a las que los militantes anarquistas deben tratar de responder. Este artículo es una contribución a este debate imprescindible.